Comprar un lavarropas parece simple… hasta que te das cuenta de que elegiste uno que no entra, no lava como esperabas o no se adapta a tu familia. Para evitar esos problemas, acá tenés los errores más comunes y cómo solucionarlos antes de comprar.
1. No calcular bien la capacidad
Este es el punto donde más se equivocan los compradores.
Guía rápida:
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Familias de 1 a 2 personas: 6 a 7 kg
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Familias de 3 a 4 personas: 8 a 9 kg
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Familias numerosas: 10 kg o más
Si elegís menos capacidad de la que necesitás, vas a terminar haciendo más lavados y desgastando el equipo antes de tiempo.
2. Elegir por precio y no por funciones
Muchos compran “el más barato” sin mirar:
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Programas de lavado
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Tipo de carga
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Velocidad de centrifugado
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Consumo energético
Un modelo un poco más equipado suele durar más y cuidar mejor la ropa.
3. No medir el espacio disponible
Pasa muchísimo: el lavarropas llega… ¡y no entra!
Antes de comprar, medí:
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Ancho
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Profundidad
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Altura
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Espacio para abrir la puerta (si es frontal)
4. No revisar la eficiencia energética
Un lavarropas con mala eficiencia gasta más y suele tardar más en los ciclos.
Buscá etiquetas A, A+ o superiores.
5. Ignorar la velocidad de centrifugado
Cuanto mayor sea el centrifugado (RPM), más seca sale la ropa.
Ideal: 900 a 1200 RPM para uso familiar.
6. No considerar el tipo de carga
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Carga frontal: más eficiente, cuida la ropa y lava mejor.
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Carga superior: más práctico si tenés poco espacio para abrir puertas.
7. No pensar en el uso real
Hay modelos con decenas de funciones que nunca se usan.
Elegí uno que se adapte a tu rutina diaria, no al marketing.
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